El cónclave es uno de los eventos más solemnes y reservados de la Iglesia católica: la elección del nuevo papa. Durante este proceso, que tiene lugar en la Ciudad del Vaticano, los cardenales electores son aislados del mundo exterior hasta que logren consensuar quién será el nuevo sumo pontífice.
Desde el año 2005, los cardenales se alojan en la Casa de Santa Marta (Domus Sanctae Marthae), una residencia moderna ubicada dentro del Vaticano, donde también decidió vivir el papa Francisco.
Este edificio fue mandado a construir por el papa Juan Pablo II en 1996, precisamente para ofrecer condiciones más dignas y cómodas a los cardenales durante el cónclave.
Antes de eso, muchos dormían en pequeñas celdas improvisadas o incluso en oficinas adaptadas dentro del Palacio Apostólico.
La Casa de Santa Marta cuenta con habitaciones individuales, baños privados y áreas comunes. Sin embargo, durante el cónclave, el acceso está estrictamente controlado: solo pueden ingresar los cardenales electores y el personal autorizado, como médicos, asistentes litúrgicos y religiosos que prestan servicio, todos bajo juramento de secreto.
Cada mañana, los cardenales son trasladados desde Santa Marta hasta la Capilla Sixtina para participar en las sesiones de votación.
¿Cuánto dura un cónclave para elegir al nuevo papa?
Una vez que un nuevo papa es elegido, los cardenales pueden regresar a sus países y la residencia retoma su uso habitual: acoger a visitantes del Vaticano y clérigos de paso.
Así, aunque el cónclave es una tradición anclada en siglos de historia, la Iglesia ha adaptado sus espacios para garantizar el confort y la concentración de quienes deben tomar una de las decisiones más importantes de su fe. (I)
