Katall busca llevar la tokenización de activos —la representación digital de un instrumento financiero en forma de token— a un terreno poco explorado en la región: el financiamiento para pymes a través de comunidades de clientes, proveedores y seguidores en redes sociales.
La tesis central, de acuerdo con Alejandro Quintanilla, cofundador de la compañía, es que miles de negocios con operaciones sanas no logran conseguir crédito o capital para crecer, aun cuando cuentan con una base de apoyo capaz de aportar montos pequeños de forma agregada.
“Nos dimos cuenta de que el principal problema para las pymes es el acceso a financiamiento para crecer”, relató Quintanilla, quien también fundó Teip, una fintech de pagos en El Salvador antes de lanzar Katall, en conversación con Cointelegraph en Español. En su explicación, la brecha de financiamiento para pymes en América Latina supera USD 1 billón, lo que deja a muchas empresas sin opciones para expandirse.
En términos prácticos, Katall se plantea como una plataforma para estructurar emisiones de deuda tokenizada —un tipo de “security token”, es decir, un token que representa un valor regulado— con el objetivo de que las empresas puedan recaudar, por ejemplo, USD 250.000 para abrir nuevas sucursales o aumentar producción, pero sin depender exclusivamente del crédito bancario tradicional.
¿Qué significa tokenizar y qué se tokeniza aquí?
Tokenizar implica “envolver” un derecho financiero (como un pagaré, una participación de deuda o un instrumento con flujos futuros) dentro de un token. Ese token puede comprarse, mantenerse en una billetera y transferirse entre usuarios bajo reglas definidas. En el caso de Katall, el foco está en tokenizar securities, específicamente deuda, orientado a que una pyme levante capital con una oferta pública o privada, manteniendo trazabilidad y controles de cumplimiento.
La promesa de la tokenización es doble: para las empresas, ampliar el acceso a capital; y para inversionistas minoristas, abrir la puerta a participar en instrumentos que usualmente están reservados para actores más grandes. Sin embargo, Katall sostiene que la adopción depende de que el proceso sea entendible, seguro y con una experiencia similar a la banca digital.
Uno de los elementos distintivos del proyecto es su decisión técnica: usar Taproot Assets, un protocolo desarrollado por Lightning Labs para emitir activos en la blockchain de Bitcoin y transferirlos usando Lightning Network.
Recordemos que, técnicamente hablando, la “red Lightning” es una solución de escalabilidad para Bitcoin. La red Lightning de Bitcoin funciona como una red de transacciones de capa dos que implica canales de pago separados de la cadena de bloques principal de Bitcoin, donde se realizan miles de pequeñas transacciones a bajo costo y, cuando los canales se cierran, las transacciones correspondientes a los saldos de cada canal finalmente se liquidan en la cadena de bloques principal.
De forma simplificada, Taproot Assets permite crear tokens “anclados” a Bitcoin aprovechando capacidades introducidas con Taproot. En lugar de depender de redes donde cada operación exige pagar comisiones en el token nativo, la visión de Katall es que el usuario pueda mover estos activos con la lógica de Lightning: transacciones rápidas y de bajo costo.
Quintanilla explicó que esta arquitectura combina “lo mejor de ambos mundos”: la seguridad y robustez de Bitcoin, con la eficiencia transaccional de Lightning.
Custodia y confianza: modelo “self-custody” con multisig
En un país donde la educación financiera y tecnológica sigue siendo un reto, Katall planea iniciar con un esquema de custodia diseñado para reducir fricción y errores del usuario: una billetera multisig 2-de-3 (dos firmas de tres posibles) dentro de su panel web para inversionistas. Según Quintanilla, la pyme tendría una llave, el inversionista otra, y Katall actuaría como tercero garante.
La idea es que el inversionista pueda ver sus tokens, recibir reportes y comunicarse con la empresa desde un “dashboard”, sin depender de que todas las billeteras Lightning del mercado estén listas para recibir Taproot Assets. La propia documentación del ecosistema refleja que, para operar Taproot Assets, la infraestructura debe estar habilitada para reconocer estos activos (por ejemplo, nodos configurados y herramientas específicas).
Katall también remarcó que, por tratarse de valores tokenizados, el sistema debe convivir con requisitos de cumplimiento. Quintanilla señaló que no pueden operar bajo un ideal de “no KYC” si quieren evitar riesgos legales y proteger tanto a emisores como a inversionistas; por ejemplo, para impedir participación de personas en listas restrictivas o con alertas de lavado.
Este enfoque se alinea con la lógica del marco regulatorio de activos digitales en El Salvador, donde la Comisión Nacional de Activos Digitales (CNAD) mantiene registros y establece requisitos para operar legalmente.
Katall prevé hacer su anuncio público y abrir un periodo de usuarios beta alrededor de Plan B El Salvador 2026, evento programado para el 30 y 31 de enero de 2026 en San Salvador, según la información oficial del foro.
Mientras tanto, la empresa afirma que realiza pruebas con pymes “de confianza” mediante ofertas privadas, con la meta de refinar tanto la infraestructura tecnológica como el proceso de estructuración para que la tokenización sea “turnkey”: un servicio “todo en uno” que no obligue a cada pyme a cargar, por sí sola, con costos y complejidad legal, financiera y operativa.
En el fondo, la apuesta de Katall es que la tokenización —si se ejecuta con una experiencia simple, cumplimiento claro y tecnología robusta— puede convertirse en un puente entre la economía real (negocios que necesitan crecer) y un nuevo tipo de inversionista minorista que busca participar en oportunidades locales, pero con reglas y trazabilidad propias de un mercado regulado.
Aclaración: La información y/u opiniones emitidas en este artículo no representan necesariamente los puntos de vista o la línea editorial de Cointelegraph. La información aquí expuesta no debe ser tomada como consejo financiero o recomendación de inversión. Toda inversión y movimiento comercial implican riesgos y es responsabilidad de cada persona hacer su debida investigación antes de tomar una decisión de inversión.
